Haciendo la recopilación de la historia de los dulces de España, sale a relucir en casi todos ellos su origen árabe.
Los árabes llegaron a la peninula ibérica cargados de recetas de sus antepasados que fueron (lógicamente) introduciendo en ella y que han perdurado hasta nuestros días, porque han sido, y son unas recetas francamente exquisitas, con unos ingredientes naturales muy sanos, y por supuesto, una de las características de su cocina es la sencillez.
En Andalucía la repostería se asocia a un fuerte simbolismo de tipo festivo y religioso, la mayoría, por no decir todos, los dulces que se consumen en dichas celebraciones tienen sus raíces en este pueblo que tanto nos aportó, a los andaluces.
Cuando llegaron a Al-Andalus tenían una intención: convertir la tierra en un vergel, en un huerto florido. Gustaban de las huertas que pensaban era el mayor regalo de Dios al hombre, sus verduras y frutas, sus hierbas medicinales, sus frutos secos, todo ello engalanado en fuentes de agua por doquier. Un paraíso en la tierra. Este legado da origen a nuestra actual dieta mediterránea, una dieta sana y exquisita. Aceite de oliva, frutas, verduras, zumos de fruta, agua fresca, vinos...eran más vegetarianos que carnívoros, y ya sabemos que no consumían cerdo por su religión. Una dieta maravillosa. Y en repostería caben destacar la miel, la caña de azúcar (ellos refinaban el azúcar, lo cual revolucionó la repostería española), los frutos secos, las masas fritas y horneadas, levadas, bollos dulces, pasas, y otras frutas desecadas para endulzar, y las hierbas y semillas (ajonjolí, matalahúva), especias como la canela, y regado con aguas de azahar, de rosas. En los palacios usaban también las flores en sus platos. Algunas para comer, pero casi siempre para adornar sus postres, destacando entre ellas el oloroso jazmín.
Centrémonos ahora en los palacios, en la vida culinaria de estos.
En Granada, en el palacio de la Alhambra, vivía el rey Boabdil este Emperador era muy gourmet, le encantaba la buena cocina, y tenía a su servicio muchos empleados, pero al que mas apreciaba era a su cocinero, este hombre, era un buen repostero, cuyas creaciones son muy desconocidas, pero a cual mas fina y exquisita...agasajaba al rey con un postre diferente de temporada cada dia, que hacía las delicias del anfitrión y todos sus invitados.
Utilizaba lo que estaba de temporada porque sabiamente conocía las virtudes del esplendor de lo que la madre tierra nos ofrece, en cada estación. Su recetario perdido quizá en alguna ruina enterrada de esta bella ciudad sería para mi hoy en día un tesoro..pero alguna de sus recetas se compartirán en este blog.
Continuaremos otro día con este apasionante tema.
Enlaces de interés y libros:
- La cocina hispano-magrebí en la época almohade según un manuscrito anónimo (traducido por Ambrosio Huici Miranda)
- Libre de totes maneres de confits (Anónimo)
- "HERENCIA DE LA COCINA ANDALUSÍ" de Jorge Fernández Bustos y José Luis Vázquez González- FUNDACIÓN AL ÁNDALUS
- al-Andalus, la cocina y su historia, de L. Benavides-Barajas, editorial Dulcinea-1992